La utilización del agua como agente terapéutico tiene múltiples beneficios, pero también tiene efectos adversos y contra indicaciones.
Es un estímulo físico que provoca repuestas orgánicas, permitiendo corregir síntomas y signo, relacionados con determinadas patologías.
El medio desgravitado potencia los beneficios del agua con técnicas kinésicas, siendo una buena herramienta terapéutica, pero requiere indicaciones precisas, evaluación previa y un plan de trabajo adaptado a la persona.
Algunos aspectos claves sobre la terapia acuática o hidroterapia
Es un abordaje específico y su dosificación es individualizada.
Las propiedades físicas del agua brindan beneficios para la rehabilitación y requiere de la presencia de un profesional de la salud capacitado, incluido en el medio acuático.
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Tiene importantes diferencias con la natación o las actividades acuáticas. Las mismas no son terapéuticas y sus objetivos son diferentes.
Es un complemento al plan de rehabilitación, con objetivo específico y no reemplaza el abordaje kinésico.
Es importante diferenciar el efecto fisiológico del efecto terapéutico, evitando la prolongación incensaría de los tratamientos, sin criterio y sin objetivos definidos. El efecto terapéutico es limitado en el tiempo, requiere de una dosificación y permite corregir, restaurar o modificar, procesos fisiológicos.
Cuando el objetivo terapéutico está agotado, el medio desgravitado tiene múltiples beneficios, pero pierde efectos curativos.
La hidroterapia requiere revisión continua de la evolución de la patología, con acciones profesionales orientada a realizar cambios en el estímulo, según necesidad.
Prolongar en el tiempo la terapia, sin relevar objetivos, perjudica a la persona y puede generar efectos nocivos.
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Lo numerosos beneficios de la terapia acuática incluyen:
Favorece a la respiración y la circulación sanguínea.
Genera relajación muscular y mental.
Tiene efecto analgésico y reduce el impacto del movimiento en las articulaciones.
Favorece el equilibrio y la propiocepción adaptada.
Permite aumentar la fuerza muscular y movilidad articular.
Es un medio facilitador de movimientos.
Tiene limitadas contraindicaciones y riesgos, como manifestaciones digestivas, lipotimia, edema o manifestaciones dérmicas.
En definitiva, la hidroterapia es un método que puede complementar un protocolo de tratamiento, favoreciendo la evolución de una patología, pero es necesario advertir sobre el sobreuso o la sobre indicación, que limitan sus beneficios.
Las personas viven en un medio gravitado, donde la gravedad tiene gran influencia, por lo tanto, los logros obtenidos en un medio desgravitado son de aplicación parcial.
Por ejemplo, un gesto deportivo o gesto laboral, es difícil reproducirlo en el medio acuático y es una gran limitante para la rehabilitación deportiva o laboral en este medio.
Es de suma importancia insistir en las indicaciones precisas, dosificación correcta, tiempos limitados, asesoramiento de profesional de la salud capacitado y advertir las diferencias con otras actividades acuáticas.
Lic. Gustavo Gheller Fisioterapeuta, Lic. en Kinesiología y Fisiatría, especialista en Kinefisiatría Crítica, diplomado en Kinesiología del Trabajo, Ocupacional y Laboral g.gheller@hotmail.com
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