Cada 15 de junio, se celebra el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, con el objetivo de visualizar esta problemática oculta, que afecta a las personas mayores y vulnera sus derechos.
Una forma de identificar esta situación de violencia, es reconocer las diferencias entre maltrato y abuso, que generalmente son utilizados como sinónimos.
Es posible afirmar que el abuso es un tipo de maltrato.
Para comprender las diferencias podemos decir que maltrato es todo acto que por acción u omisión, genera daño o riesgo para la salud o el bienestar de la persona.
Abuso es la existencia de una sobre limitación con respecto a algo o alguien. En el contexto interpersonal, un abuso supone la utilización de perjuicios emocional, psicológico, económico y negligencia.
Organismos internacionales advierten sobre el importante número de personas mayores que han sufrido abuso o maltrato físico y reconocen que las diversas estrategias implementadas para prevenir esta problemática, a la fecha tienen limitada eficacia.
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Dentro de las intervenciones más efectivas descriptas, está el trabajo de cuidadores capacitados, empáticos y comprometidos con la problemática, respaldados por equipos multidisciplinarios
Esta realidad frecuente, ocurre tanto en el hogar como en instituciones, es poco reconocido y generalmente no es denunciado o atendido por las autoridades.
Un ejemplo muy actual, de extrema gravedad, es el abuso financiero a los adultos mayores. El robo de información, facilitado por el avance tecnológico y la falta de adaptación de la persona, genera reiterados perjuicios.
También es frecuente la negligencia y la explotación financiera, donde se ignoran las responsabilidades adquiridas por el adulto mayor, dando lugar al uso indebido de sus recursos o administración fraudulenta de propiedades, pertenencias o bienes personales.
Estos engaños, intimidaciones o manipulaciones son doblemente perjudiciales cuando está en manos de familiares directos.
También es importe exponer el potencial fraude en el acceso al cuidado de la salud, con cobros indebidos, sobre prestación o falsificación de documento.
Este tipo estafa es una amenaza directa a la seguridad social de las personas y genera incertidumbre a la hora de confiar en los profesionales de salud.
En esta población el cuidado de la salud es de suma importancia, requiere predisposición y adherencia, para potenciar la detección temprana de enfermedades, el tratamiento oportuno y la prevención de discapacidad.
Como sociedad estamos obligados a tomar conciencia de esta realidad y cuidar a los adultos mayores con políticas inclusivas, favoreciendo su autonomía.
El reconocimiento de los adultos mayores permite valorar su experiencia de vida, su sabiduría y favorece el desarrollo de futuras generaciones.
El adulto mayor es un ser único en el seno de una familia y debería ser el pilar fundamental para el desarrollo de valores o creencias.
En los pueblos originarios las personas mayores ocupan un lugar preponderante y son un ejemplo a seguir. El consejo de ancianos es el faro de la sabiduría, la memoria de los valores y de su cultura ancestral.
Debemos potenciar la cultura de la vejez, combatir el maltrato y favorecer el envejecimiento saludable, partiendo de la base que el trato que le imprimimos a la vejez hoy, es el que vamos a recibir mañana, porque sin excepción, hacia allá vamos.
Lic. Gustavo Gheller Fisioterapeuta, Lic. en Kinesiología y Fisiatría, especialista en Kinefisiatría Crítica, diplomado en Kinesiología del Trabajo, Ocupacional y Laboral g.gheller@hotmail.com
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