El invierno suele invitarnos, al descanso y al encierro. Sin embargo, movernos durante los meses fríos es clave para sostener nuestro bienestar físico y emocional. Aunque cueste un poco más, el movimiento consciente puede ser la chispa que encienda múltiples procesos vitales para sentirnos bien.
Cuando activamos el cuerpo, no solo movemos los músculos: también liberamos neurotransmisores del bienestar como la serotonina, que ayuda a mejorar el ánimo, a calmar la ansiedad y a conectarnos con una sensación de satisfacción interna. El ejercicio físico, incluso en baja intensidad, estimula esta química de la felicidad que tanto necesitamos en épocas de días cortos y menos luz natural.
Además, al movernos activamos uno de los órganos más fascinantes del cuerpo humano: el músculo. Este tejido es mucho más que fuerza y forma: cumple funciones hormonales, metabólicas y antiinflamatorias. La contracción muscular favorece la sensibilidad a la insulina, ayuda a equilibrar la glucemia, estimula la mitocondria (nuestra «fábrica de energía») y contribuye a modular la inflamación sistémica.
Mover el músculo es generar la salud.
El invierno, las siestas con sol, son una oportunidad para exponernos a la luz solar. Unos minutos al aire libre, con la piel descubierta, estimulan la síntesis de vitamina D, esencial para la inmunidad, el metabolismo del calcio y la salud emocional.
Otro beneficio del movimiento en esta estación es que favorece la movilización de grasas como fuente de energía, estimulando nuestra flexibilidad metabólica: esa maravillosa capacidad del cuerpo para adaptarse y usar distintos combustibles según la necesidad. Esto no solo mejora la composición corporal, sino también el rendimiento físico y cognitivo.
Y como si fuera poco, el invierno nos regala un paisaje de colores ocres, aromas a tierra y silencio interior, perfecto para conectar con la introspección. Es una temporada ideal para dejar volar la imaginación, reflexionar, revisar hábitos, y pensar con más claridad en nuestro propósito de vida.
Que el frío no detenga tus ganas de avanzar. El cuerpo en movimiento es mente despierta y corazón contento.
María Paula Aguilera. Bioquímica. Mg. en Psiconeuroinmunoendocrinologia. Especialista en química clínica. Máster en Neurociencias del deporte. Apasionada por la química y la biología. mariapaulaaguilera@hotmail.com
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