La educación financiera es un tema muy postergado en nuestra cultura. María Sol Rodríguez y Figueira Huergo (38) a través de su historia de vida, y sus experiencias, llegó al coaching financiero, una disciplina que la alcanzó «por necesidad» y le «voló la cabeza». Hoy es su trabajo, y una de las primeras en dedicarse a esto en La Pampa.
En la sección #emprendedores de hoy nos zambullimos en un tema crucial para todo aquel que busca prosperidad y bienestar: la salud financiera.
Sol es abogada, coach financiera, practicante de yoga, y siempre en búsqueda de terapias alternativas. Nos compartió su historia personal y reflexiva sobre cómo sus vivencias forjaron su visión del dinero y de la calidad de vida.
La historia detrás de la profesión
La historia de este emprendimiento -como casi todas las cosas- arranca el pasado. Para llegar adonde está hoy, Sol, nuestra entrevistada, relata los golpes económicos que marcaron su infancia y adolescencia. Su vida. «Para mí construir un capital financiero era vital», nos cuenta.
El impacto de la hiperinflación de los ’80 en su hogar los hizo mudar de Buenos Aires a La Pampa, en el 2001 otra vez la economía los golpeó de lleno. En ese momento la familia se vio obligada a cerrar un negocio. Sol tenía 15 años, y lo sintió. Fue un punto de quiebre. «Esto a mí no me va a pasar nunca», pensó.
A los 16 años empezó a trabajar para cubrir sus gastos. Primero haciendo empanadas y luego dando clases de inglés a los vecinos. Esta decisión fue el inicio de un camino de autonomía y con una convicción que la acompaña: no volver a pasar por una situación de inestabilidad.

Un recorrido de duelos y aprendizajes
Mientras arrancaba la carrera de Abogacía en Santa Rosa y en búsqueda de esa anhelada estabilidad laboral se embarcó en muchos años de empleos en relación de dependencia. A los 19 años en Defensoría Civil y más tarde en el Poder Judicial.
Sin embargo, su historia no fue lineal. Tras años de trabajo, sacrificio y mucho esfuerzo junto a su pareja, construyeron un buen capital en el mercado inmobiliario. Luego, el divorcio, y el caos, la llevó a repensar su vida de nuevo, y a reconstruirse.
A pesar de los éxitos económicos, la entrevistada confiesa que el crecimiento financiero le trajo duelos y soledad. «Crecer económicamente me generó muchos duelos y me sentí siempre muy sola», afirma. «Ganar dinero no significa que la estés pasando bien».
Esto se debe, en parte, a que la prosperidad económica a menudo es un tema tabú. Romper con las creencias familiares y sociales sobre el dinero fue un desafío enorme.
La salud financiera como pilar del bienestar
Fue a partir de una situación de desorden financiero personal, aun teniendo ingresos, que encontró en el coaching financiero su verdadera vocación. Se dio cuenta de que «los problemas de dinero no se resuelven con más dinero, se resuelven con previsibilidad e inteligencia financiera». En su visión, la clave no es cuánto ganas, sino cómo gestionás lo que tenés.
La entrevistada nos comparte tres pilares fundamentales para lograr una buena salud financiera:
El Presupuesto como Herramienta de Decisión: tener registro de gastos, «que no te lleve puesta la vida». Hacer un presupuesto te permite ser el «dueño de tus gastos». En lugar de reaccionar a las circunstancias, decidir conscientemente cómo se distribuye tu dinero. Esto evita el ciclo vicioso de «vivo al límite, no sé cómo ni por qué». Una regla popular es destinar el 50% de los ingresos a gastos fijos, el 30% a gastos variables («caprichos») y el 20% al ahorro.
El Principio de Prioridad: como lo popularizó el autor Robert Kiyosaki, «págate a ti primero». Esto significa que una parte de tus ingresos, idealmente un porcentaje fijo, debe ser separada para el ahorro antes de pagar cualquier otra cosa. «La sacás, no la ves, no está para gastos», enfatiza. ¿Cuánto? Si el 20% es mucho… tomá una cifra fija: la boleta de luz, por ejemplo. De ahí, destiná un 10% para el ahorro a corto plazo y 10% para ahorro a largo plazo.
El Ahorro con Objetivos: el ahorro debe tener un propósito. Se deben establecer al menos dos objetivos: uno a corto plazo, como un fondo de emergencia que cubra entre 3 y 6 meses de gastos, y otro a largo plazo, para metas más grandes. Este enfoque te da tranquilidad y te protege de imprevistos.
La entrevistada concluye con un mensaje poderoso: «no se trata de tener más, sino de romper la mentalidad cortoplacista que nos impone la inflación y atreverse a construir un futuro. La salud financiera no es solo una cuestión de números, es un pilar fundamental de nuestra libertad y bienestar personal».
Sol Huergo Contacto +54 2954 51-7408 www.instagram.com/sh.expansiva/
Este sábado 27 de septiembre organiza junto a Anabella Clarembaux el encuentro Yoga y Salud Financiera en Om Centro de Yoga Yrigoyen 363, Santa Rosa, La Pampa a las 10 am. Inscripción previa.
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