Una familia de campo lleva adelante un negocio de salames envasados al vacío premium, a partir de una receta que pasó de generación en generación. Tradición y familia se conjugan en el emprendimiento de la familia Gareis en Colonia Barón.
Los salames Don Pedro, con su receta secreta y deliciosa, llegan hoy a varias localidades pampeanas gracias al trabajo de Georgina Gareis, Andrés Salto, Norma Simón y Gerardo Gareis. Sin embargo, todo empezó mucho antes.
“Nuestra historia comienza en 1946 cuando Matías Gareis y Apolonia Gette, descendientes de Alemanes del Volga, compran el Establecimiento Don Matías y allí nacen sus seis hijos, entre ellos Pedro, quien se casa con Nilda y en este campo forman su familia”, cuentan los salames en cada una de sus etiquetas.
Y siguen… “Durante la carneada cada uno tenía una labor designada. Se empezaba a sentir el frío, el fogón tomaba su lugar valioso, se podían ver a las abuelas, tías, mamás, y hermanas pegaditas a él con sus delantales preparados para el gran acontecimiento que duraría dos o tres días. La mesa era larga, cada uno experto en su función. Las risas y los mates eran los protagonistas, cada momento era único. Y una vez que se terminaba el arduo trabajo en el Establecimiento Don Matías se iba a ayudar a los vecinos.”

Desde #LPN hablamos con Georgina que en su camioneta se encarga personalmente de la distribución en la provincia.
¿Qué es lo que distingue a los salames Don Pedro? «Es como el que se hace en el campo. Pero al envasarlos al vacío ofrecemos higiene, seguridad, y evitamos la contaminación de alimentos. Es lo que se viene. No tienen conservantes ni aditivos, la mejor manera de comercializarlos y mantenerlos es esta.»
Leé también Harina integral desde Acha: producción local y sustentable, un proyecto simple y único en La Pampa
Desde el mismo lugar, trabajar y crecer
Don Pedro comenzó como una fábrica de milanesas en Colonia Barón. Georgina recuerda la fecha exacta: el 28 de julio de 2022. Iniciado por sus padres Gerardo Gareis, Andrés Salto -oriundo de Chaco-, Norma Simón y Georgina. Hasta aquel momento vivían en Colonia Inés y Carlota, ya que Norma era la directora de la Escuela Rural de la zona.
“Compramos una máquina para hacer chorizo fresco. Un día mi papá encontró un secadero y se fue dejando de hacer la carneada y empezamos a probar con la máquina. Cuando llegamos al producto que queríamos era mejor que el del campo, o igual… Ahí comenzamos a hacer los certificados y habilitaciones provinciales para poder distribuirlo.”

La fabricación de un salame hoy demora 20 días. Llegan a Santa Rosa, General Pico, Intendente Alvear, Toay y pueblos cercanos a Colonia Barón. La marca cada vez se conoce más. “Nuestro objetivo es que la gente diga —Quiero un Don Pedro—, en lugar de pedir un salame, ¡y vamos camino hacia eso!»
Hoy producen 300 kilos por mes, pero sueñan con poder aumentar la producción y llegar a otras provincias.
¿Cómo se hace un salame? Carne de nalga de cerdo seleccionada, dados de tocino, condimentos. La receta exacta es el secreto de cada elaborador. Antes se almacenaban en semillas, en grasa, hace muchos en ceniza, parafina, y papel de diario en el freezer.
La tradición
Don Pedro es un producto premium, con le receta de cómo los hacían los abuelos en el campo hace 80 años. “A veces en la vorágine de cosas te olvidás, pero es así. Vivimos en familia las carneadas, un momento en el campo que es amor, es familia, es tradición, es campo”
«Antes, cuando venía gente a trabajar, a arreglar algo, o cuando se vendía hacienda era una demostración de afecto darle un salame, una factura hecha en el lugar. Era una muestra de respeto, de satisfacción», cuenta Georgina desde su experiencia.
Al principio, la carneada era para alimentarse, y era habitual que se compartiera con el vecino. «¡Pero los salames se vienen siempre a comer al campo!», resalta Georgina.
En esta historia emprendedora, la familia Gareis, resalta el papel fundamental de Tito, el vecino del campo, que le enseñó a Pedro cómo condimentar.
“A la hora de probar un producto Don Pedro los invitamos a que sientan el abrazo de un abuelo, las gaviotas volando detrás del tractor y lo que nos une a todos…. El amor por el campo y nuestras raíces. ¡Gracias Tito!”, concluyen las etiquetas de los Don Pedro.
Don Pedro Leandro N Alem 258 Colonia Barón, La Pampa Instagram
Este contenido es posible gracias al apoyo de nuestros lectores y auspiciantes. Compartí esta nota, opiná, y publicitá en nuestra web, para promover un periodismo distinto en la región: Contacto y Publicidad


La Pampa 2025







