Santa Rosa era por 1.942, justo cuando celebraba el cincuentenario de su fundación, un pueblo grande o pequeñita ciudad. El censo dió que aquí vivían nada más que 13.857 personas.
El 1 de julio de ese año, los 8 diarios que con esfuerzo publicaban sus dueños por entonces, hablaron del hecho desde distintos enfoques: unos celebrando el acontecimiento y otros con mirada crítica.
La fiesta
Lo cierto es que para tamaña fiesta no había salón disponible ni vajilla, porque el más amplio, el Hotel Comercio, no alcanzaba, y menos el Hotel Apolo, de Gamberini. Tampoco convencía el salón del Base Club frente a la Plaza.
Fue entonces que aprovecharon el moderno sistema de emparejamiento del piso en el Teatro Español para tal acontecimiento.

El homenaje al Gral. Miguel Duval comenzó a tomar características inusuales tanto que fue el tema principal por esos días.
Lo cierto es que contrataron el menú del Restaurante Mario de Buenos Aires, por entonces de moda en el «jet set» capitalino.
Los «contras» decían que era una barbaridad traer la comida de 600 km por un camino sin asfalto desde Luján, pero el plan se cumplió a rajatabla.
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El día del homenaje -el 15 de agosto de 1.942- el viento Pampero sopló muy fuerte y complicó la circulación por las calles de tierra. Los 12 maitress que llegaron de Buenos Aires con la comida tranquilizaron a los organizadores.
El salón estaba impecablemente ornamentado y el homenajeado con sus allegados ocuparon la cabecera en el escenario del Teatro.
El Menú
Cada uno de los 500 invitados recibieron una artística carta con el menú bilingue para impresionar.
El mismo consistía en:
-Mayonesa de pavita.
-Petit Chateaubriand «Richelieu».
-Suprema de pollo con puré de legumbres.
-Gateau, Sopa Inglesa.
– Café y Cigarros.
-Vinos: Blanco y Tinto
(Rotariano Trapiche Viejo)
- Agua mineral Villavicencio.
- Champagne «Mario».
Para amenizar, participó la Orquesta El Águila, de Santa Rosa
Todo resultó un éxito al final, más allá de algún choque involuntario de los mozos pero cada uno de los asistentes tenía su ubicación con su nombre en las mesas y sillas.
Siempre hay un pero porque entonces las «lenguas indiscretas» daban cuenta de que las porciones no fueron generosas.
Así se realizaba aquel 15 de Agosto de 1.942 el Banquete celebratorio por el segundo mandato de Miguel Duval como Gobernador del Territorio de La Pampa Central; el mismo Gral. que cada mañana, antes de ingresar en Casa de Gobierno en Pellegrini y Quintana, se daba una vuelta en su caballito blanco para «ver» como estaba la ciudad…

Las fotos fueron tomadas desde el escenario y la entrada, y la figura del Gral. Duval cuyo nombre se recuerda con una importante calle de Santa Rosa.
Juan Carlos Carassay, locutor y periodista. Más de 50 años de pasión por la comunicación y el deporte juancarloscarassay@gmail.com
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