¿Viste lo que le pasa a la manzana cuando la dejamos pelada al aire libre? Se pone marrón, se oxida. Esto mismo nos pasa a los seres humanos.
¿Que significa en términos biológicos oxidación? Es un proceso fundamental en el metabolismo celular, en el cual las moléculas orgánicas son oxidadas para producir energía, principalmente en forma de ATP -(adenosín trifosfato o trifosfato de adenosina), la molécula portadora de la energía primaria para todas las formas de vida-.
Este proceso ocurre en las mitocondrias de las células eucariotas y es parte crucial de la respiración celular. El metabolismo se refiere a todos los procesos físicos y químicos del cuerpo que convierten energía, tales como: respiración, circulación sanguínea regulación de la temperatura corporal.
Esto sucede en nuestro cuerpo continuamente. El precio que pagamos en nuestro cuerpo para llevar adelante todo el proceso metabólico es la oxidación.
También se puede definir como el proceso en el que un átomo pierde electrones. El objetivo del proceso de oxidación es que el átomo adquiera una configuración más estable.
¿Recuerdan la configuración del átomo? En el centro el neutrón (neutro sin carga) y girando alredor los protones con carga positiva y los electrones con carga negativa, que están en continuo movimiento. Pero cuando se producen reacciones bioquímicas se desestabilizan y la manera de volver a su equilibrio es liberando un electrón con carga negativa.
La molécula que perdió un electrón pasa a formar lo que se llaman radicales libres, hay varios tipos de radicales libres, a nivel fisiológico los más comunes son los que contienen oxígeno, como por ejemplo: el anión superóxido(O2 -), el radical hidroxilo (OH), el óxido nítrico (NO), el radical peróxido (ROO), el radical hidroperoxilo (HO2) y el oxígeno singlete.
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Los radicales libres producidos por el cuerpo llevan a cabo determinadas funciones -como lo son luchar contra virus y bacterias- que son neutralizados fácilmente por nuestro propio sistema. Con este fin, nuestro cuerpo produce unas enzimas -como la catalasa o la dismutasa- que son las encargadas de neutralizarlos. Así se autolimitan.
El «famoso» anti-aging
Los radicales libres en ocasiones se acumulan en las células y dañan otras moléculas, como el ADN, los lípidos y las proteínas. Esto es la base del anti-aging o antienvejecimiento. Es posible que este daño aumente el riesgo de cáncer y otras enfermedades.
Pero… ¿cómo hace nuestro organismo para defenderse de la formación de los radicales libres en las células? Tenemos los antioxidantes endógenos naturales.
Un antioxidante es una sustancia capaz de neutralizar la acción oxidante de los radicales libres, alguno de ellos son exógenos provienen de la dieta –Vitamina E, la Vitamina C y los Carotenoides– y otros endógenos que los sintetizamos nosotros en nuestras propias células.
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La Vitamina C es un potente antioxidante. Todos los animales sintetizan vitamina C en su cuerpo excepto los murciélagos, los conejillos de india, y el hombre por eso lo debemos incorporar de manera exógena.
La Vitamina E es un grupo de ocho compuestos solubles en grasa que incluyen cuatro tocoferoles y cuatro tocotrienoles. Estos tocoferoles y tocotrienoles existen como homólogos α (alfa), β (beta), γ(gamma) y δ (delta). El alfa tocoferol es el menos efectivo y el gamma es más activo y potente en su acción pero también es el menos disponible
Algunos compuestos fenólicos que se encuentran en algunas frutas y verduras también poseen una acción antioxidante potente. Los fenoles son un grupo de metabolitos secundarios muy comunes en el reino vegetal y que tienen la capacidad de reducir los efectos nocivos de las especies de oxígeno en el cuerpo humano.
En cuanto a los antioxidantes endógenos contamos con enzimas destinadas con este propósito de neutralizar los radicales libres. El cuerpo los produce de forma natural para proteger las células y prevenir el envejecimiento.
Algunos de los antioxidantes endógenos más importantes son:
Catalasa: Descompone el peróxido de hidrógeno en agua y oxígeno.
Coenzima Q10: Mejora la eficiencia energética celular y protege la salud cardiovascular.
Glutatión: Neutraliza y elimina los radicales libres y las toxinas.
Superóxido dismutasa (SOD): Convierte el superóxido en peróxido de hidrógeno y oxígeno, menos dañinos.
La producción de antioxidantes endógenos puede disminuir con la edad, o por otros factores como: estrés oxidativo por contaminación, tabaquismo o radiación ultravioleta, dieta deficiente en vitaminas y minerales, enfermedades crónicas como diabetes o afecciones cardiovasculares y estrés psicológico este último más difícil de determinar.
Los cofactores de los antioxidantes endógenos -quienes ayudan a «defenderlo»- son el cobre, el hierro, el zinc, el magnesio y el selenio, por eso debemos asegurarnos una cuota de estos oligoelementos para el correcto funcionamiento de las enzimas.
Todo este proceso, que se produce de manera lenta pero constante, está netamente influenciado por los hábitos, por eso debemos ser conscientes que las decisiones que tomemos hoy se verán reflejadas en nuestro estado de salud dentro de 20 años.
María Paula Aguilera. Bioquímica. Mg. en Psiconeuroinmunoendocrinologia. Especialista en química clínica. Máster en Neurociencias del deporte. Apasionada por la química y la biología. mariapaulaaguilera@hotmail.com
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