En las primeras semanas de enero -y aún siguen- comenzaron a circular en redes sociales imágenes impactantes sobre una gran cantidad de insectos que invadieron la localidad de Santa Isabel, ubicada al noroeste de la provincia de La Pampa. La noticia dio vueltas por todos los medios nacionales.
Fue una invasión de cascarudos nunca antes vista en la localidad. Se llenaron las calles, los techos, las piletas, cajones, todo lo que estuviera a la intemperie. Si bien son inofensivos para la población, fueron causante de roturas de membrana, taparon los desagües, entre otros daños para los vecinos.
Las desagradables imágenes despertaron incógnitas: ¿es una invasión? ¿es una plaga? ¿es peligroso?
La solución de emergencia que encontró el Municipio fue cortar las luces del alumbrado público de la zona, para evitar que luz los atraiga.
Pero… ¿qué fue lo que paso?
La Facultad de Exactas y Naturales de UNLPam, con la colaboración de expertos, explicó esta semana qué fue lo sucedido. Lo describió como un fenómeno frecuente, que ocurre cuando se da una coincidencia de situaciones ambientales en particular.
“Los cascarudos protagonistas corresponden al género Bothynus relacionados con los llamados popularmente “bichos toritos”. Estos fenómenos son frecuentes y suceden con especies del género antes mencionado y otras relacionadas de la tribu Pentodontini (Scarabaeidae: Dynastinae)» explicaron integrantes del Grupo de Estudios Multidisciplinarios en Artrópodos (GEMA) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UNLPam.
«Por lo general, los adultos emergen de modo más o menos gradual a principios del verano, después de las primeras lluvias. Muchas veces cuando las lluvias se demoran, emergen más tarde, por lo general juntos y en gran número por eso se da este fenómeno que hay tantos en poco tiempo» detallaron los investigadores pampeanos tras consultar al doctor Federico Ocampo, un especialista nacional en estos insectos.
“Son cascarudos de hábitos nocturnos y muchos caen al agua en charcas y estanques, y mueren en gran cantidad» como en las fotos que se publicaron. Y aclararon que a pesar de su numerosidad, y la fea imagen que transmiten, «no son ni constituyen una plaga ni representan un problema», señalaron desde el GEMA. Por lo general las especies de este género se alimentan de raíces pero no son plagas de la agricultura.
Por último, la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UNLPam destacó el trabajo que realiza el Grupo de Estudios Multidisciplinarios en Artrópodos (GEMA) local, compuesto por investigadores, docentes, becarios y estudiantes de ecología, taxonomía y biología de Artrópodos.
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